domingo, 21 de septiembre de 2008

Le lio vuelta la cabeza


Arsenal estaba 0-2 y desorientado, pero Dany Garnero metió mano y un testazo de Matellán en el descuento le dio un triunfo heroico. Ah, y sigue invicto en Sarandí.
Puede un solo jugador contagiar a una gran mayoría de compañeros que minutos antes se arrastraba? ¿Puede un técnico cambiar la imagen de un equipo en un entretiempo? Las respuestas estuvieron ayer en la cancha de Arsenal...

Garnero jugó los mejores 15 minutos de su corta historia como entrenador: dejó en el vestuario al inexpresivo guatemalteco Contreras y eyectó del banco a Luciano Leguizamón. Atrevido, encarador, le hizo darse cuenta a sus compañeros que aún se podía revertir el 0-2. Papu Gómez, el único que intentó algo en la primera mitad, necesitaba comida más rica y Legui puso los aderezos para condimentar un ST sabroso. Es más, el DT metió a Carrera bien abierto por derecha (Pellerano pasó a la izquierda) para aprovechar las falencias de Pio (Erviti ya estaba de doble cinco). Así, con los aciertos de Garnero, Arse creció. No es que se transformó en Holanda del 74, pero las ganas y las conexiones entre Papu y Leguizamón (que cierto es aquello de que los que juegan bien se buscan permanentemente) le dieron la posibilidad de degustar un manjar. Ojo, Banfield lo ayudó muchísimo. Las contras desperdiciadas por Nieto y los ingresados Barrales y Laso fueron el primer plato y la mala lectura de Burruchaga el segundo: ante la lesión de Barraza, puso a Nasuti, pero corrió a Devaca al lateral. Es decir, modificó la mitad de su defensa. Los 16' del Tano en cancha se convirtieron en un bálsamo para Arsenal. Papu lo sacó a bailar en el segundo gol y además cometió una falta torpe en la jugada que derivó en el tanto ganador.

Sí, debut olvidable para el ex River y segunda etapa para guardar en el cajón de los recuerdos irrecordables para Banfield. ¿Cómo había conseguido dos goles de ventaja? Por la tontera de Arsenal de cometer infracciones a los costados del área aun sabiendo de la buena pegada de Erviti y porque los pies de Walter y de Bertolo son de jerarquía, aunque tienen errores en la terminación de las jugadas. Entonces, como eso no bastó, el Taladro sufrió con la embestida final. La cabeza de Matellán, quien 15' antes había salvado un casi seguro tercer gol visitante, le dio un triunfo épico que le permite mantener la racha de local (ganó tres y empató uno, más la victoria copera frente al Motagua hondureño) y gritar bien fuerte por un Viaducto que ya se transformó en Viaductazo.

Fuente: www.ole.com.ar