
Del Potro es enorme por su altura y más aún por su categoría. Con 19 años se cargó el equipo al hombro, ganó el quinto punto de la serie ante Rusia y consiguió el pase a la final de la Copa Davis. Fue 6-4, 6-2 y 6-1 ante Andreev en el Parque Roca. Antes, Davydenko derrotó a Nalbandian (3-6, 6-3, 7-6 y 6-0) y le puso suspenso a la definición. El match decisivo será ante España, entre el 21 y el 23 de noviembre, en Argentina.
No puede ser posible, después de la demostración de carácter que dio este fin de semana -especialmente hoy- que Del Potro cumpla 20 años el próximo día martes. Pero es cierto, sus padres, Daniel y Patricia, pueden dar fe que nació un 23 de septiembre de 1988. Y las más de 14 mil personas que estuvieron en esta eterna y cambiante tercera jornada de Copa Davis son testigos de qué está hecho la estrella que acaba de nacer. En sus dos primeros partidos jugando en casa la Copa Davis, Juan Martín corroboró todo lo bueno que expuso en el circuito y, también, que no sólo su tenis pegó un salto de calidad, sino también su mentalidad: ya nadie duda de que puede soportar situaciones de alta presión.
Desde que salió del vestuario, con Alberto Mancini cuidándole las espaldas, recibió el apoyo de la gente. Desde Tandil y bombo en mano, sus amigos ocuparon el mismo lugar que los amigos de Nalbandian y a puro grito levantaron el Mary Terán de Weiss. "Mamá yo quiero, oh (bis). Mamá, yo quiero, mamá. Que gane Delpo, oh (bis). Que gane Delpo, todo el año es carnaval". Y Juan Martín pareció no sentir la presión, al menos en el arranque, y se quedó con el primer juego de saque de Andreev. Luego, a partir de allí, ambos se mantuvieron firmes en el servicio, pero el pibe ya había hecho la diferencia: 6-4, entonces, para calmar los nervios de un Parque Roca en el que se vibraba el nerviosismo de hasta el más optimista.
La lluvia amenazaba con complicarle el partido a Del Potro. Un freno al envión que traía luego del primer parcial hubiera sumado tensión, por eso el tandilense pisó el acelerador y arrolló a Andreev en 49 minutos por un contundente 6-2. El capitán Shamil Tarpischev miraba a su dirigido con compasión. Porque si bien lo del 19 del mundo no fue bueno, no hubo piedad del lado de enfrente. La gente, lógicamente, se contagió todavía más con "el nene" -tal como lo apodó un jubilado en el palco- y ya no hubo retorno para el ruso.
El 6-1 con quiebre incluido en el último game fue una muestra más de la superioridad y el espectacular momento que vive Del Potro. "Esto es un equipo, no gané sólo yo", soltó y entre lágrimas reconoció que fue "el día más importante" de su vida. Un llanto que tenía muchos sentimientos encontrados: alegría, emoción, desahogo y nostalgia, por qué no, de un chico que sintió que dejó de ser tal y se convirtió en una estrella para darle a su país la posibilidad de cumplir con el sueño que no se pudo cumplir con ilustres como Vilas y Clerc. Finalmente para el que en algún momento dudó de su edad, Delpo soltó su picardía de adolescente: "Ahora vamos tratar de sacarle los calzones del c... a los españoles". Salud, campeón...
Fuente: www.ole.com.ar