
A limpiar la imagen. River quería cambiar la impresión que dejó la derrota con San Martín de Tucumán y el inicio del torneo Apertura, en el cual no gana desde la segunda fecha (2-0 a Rosario Central, en el Monumental), en lo que fue su única victoria en la temporada. Este debut en la Sudamericana, como visitante ante el equipo uruguayo Defensor Sporting, podía ser una buena oportunidad para demostrar que el conjunto de Diego Simeone puede salir de un momento adverso. Y lo fue, sobre todo, por lo hecho en el primer tiempo.
River salió decidido a ser el dueño del juego en el Centenario de Montevideo. Y no le falló. A los cinco minutos ya había generado dos jugadas punzantes contra el arco de Martín Silva, adormeciendo a su rival, que no tenía ideas en ataque ni en defensa; que parecía como perdido en la cancha, tal vez a raíz de la presión del Millonario o tal vez por las propias incapacidades de sus jugadores.
Lo cierto es que, al ser más fuerte dentro de la cancha, el gol no tardó en llegar para la visita. Sebastián Abreu –cuyo transfer llegó ayer-, en su vuelta al club de Núñez, estuvo en el lugar justo, en el momento preciso. El hombre surgido precisamente en Defensor (jugó 24 partidos entre 1995 y 1996) aprovechó un rebote en un mal despeje del arquero para poner arriba a River cuando el partido recién empezaba, a los ocho minutos.
Tras el gol, el local empezó a llegar pero sin claridad. El contraataque fue la forma elegida por el conjunto de Jorge Da Silva pero se encontró con un River muy ordenado en el fondo que no le dejaba espacios para moverse con profundidad y agresividad en el área del atento arquero Juan Manuel Ojeda. En un tiro libre, el custodio del arco millonario demostró su calidad: Diego de Souza acarició la pelota que fue al medio y parecía que entraba rozando el travesaño. Pero ahí apareció el ex Central para evitar el empate.
Los de Simeone, por su parte, seguían yendo al ataque aunque sin poder ampliar la ventaja. Diego Bounanotte, a cinco minutos del final, casi marca el segundo de River. Pero los reflejos del arquero local fueron más y permitieron que la visita no aumentara su ventaja.
En el inicio del segundo tiempo, Defensor sorprendió y tuvo varias situaciones claras de gol. Pero se topó nuevamente con un Ojeda muy preciso que mantuvo su valla en cero. Encima, Abreu volvió a golpear, a los 18 minutos, para aumentar la ventaja, algo inmerecida por lo demostrado en ese arranque del complemento por el conjunto uruguayo.
Sobre el final, las cosas se le complicaron al Millonario. A los 32 minutos, Augusto Fernández perdió la pelota que le había pasado Ponzio, cometió una falta fuerte y vio la segunda amarilla, por la cual River se quedaba con diez. A cinco minutos del final, encima, Risso marcó el descuento, lo que marcaría el definitivo 2-1.
El desenlace fue con escándalo. Con el tiempo cumplido, William Ferreira intentó conectar la pelota en el área chica pero en su tentativa le dio una plancha a Ojeda, quien quedó tendido en el piso. A raíz de eso, varios jugadores de ambos equipos se cruzaron y hubo algunos golpes, por lo cual el árbitro brasileño Leonardo Gaciba amonestó a Cabral, de River, y a La Paglia, de Defensor. A pesar de la victoria, al equipo de Simeone le queda un sabor amargo por el gol recibido, lo que podría complicarlo en la revancha, que se disputará el 2 de octubre en el Monumental.