David Ferrer se encuentra, sin duda, en el mejor momento de su carrera deportiva. Exultante tras la importante victoria ante Djokovic, el de Xàbia saltó a la cancha con ganas de comerse el mundo. Pero no era tan fácil; enfrente tenía, nada más y nada menos que, al número dos del mundo: Rafa Nadal. El duelo pintaba bien y acabo mejor, haciendo disfrutar al pabellón del espectacular tenis español.
La igualdad entre los tenistas en el comienzo del partido era manifiesta, pero el de Manacor se adjudicó el primer set (6-4), sacando a relucir la fuerza y los nervios de acero que le han llevado a estar donde está. Nadal aprovechó la primera bola para lograr un set en el que llegó a mandar por 4-1. Ferrer pecó de impetuoso, arriesgando demasiado para dominar los puntos.
La cosa cambió en la segunda manga. Ferrer consiguió sobreponerse a la pérdida del primer set e hizo gala de su condición de mejor restador del circuito para alcanzar el 6-4 que igualaba el partido. La tensión crecía entre los españoles y el encuentro comenzaba de nuevo. Nadal pareció eclipsado por el buen juego de su compatriota y no supo aprovechar la ventaja.
El de Xàbia siguió dominando en el tercer set, demostrando que su tenis mejora día a día y que es capaz de vencer a cualquier adversario que se le ponga por delante. El resultado (6-3) fue el más justo. Ferrer se mostró intratable y fue por delante en todo momento.
La lucha entre dos verdaderos guerreros de terracota finalizó con una merecidísima victoria para Ferrer, tras dos horas y cuarenta minutos de agotador juego. Con este buen resultado, David tiene un pie puesto en semifinales, aunque le resta un encuentro con el francés Richard Gasquet, que hoy venció a Djokovic.
