sábado, 24 de noviembre de 2007

Con toque Argentino

Fue como la crónica de una consagración anunciada. Bojan Krikc, reciente ganador del Premio a la Mejor Promesa del deporte español otorgado por nuestro diario, se elevó sobre la mediocridad del Barça y sobre la inexplicable ausencia de Ronaldinho para encumbrarse como nuevo ídolo de la afición barcelonista.

En apenas media hora Bojan desniveló el partido, marcó un gol y trajo la alegría a un equipo que se comportó como un rebaño a la espera de su pastor. Un pastor de 17 años que anotó su primer gol en el Camp Nou (uno de sus sueños de adolescente) y que está llamado a ser un grande de nuestro fútbol... si no lo es ya.

Sin perdón.
Como se esperaba, Víctor Muñoz supo leer el partido en un escenario en el que durante muchos años fue aplaudido por su fe, su entrega y sus kilómetros recorridos. Esas tres premisas fueron las que inculcó a sus jugadores a nivel personal; en cuanto a lo táctico, juntó las líneas, pobló el centro del campo y presionó a la cobertura azulgrana. Frente a su disposición, Frank Rijkaard sorprendió a todos dejando en el banquillo a Bojan y reordenando el equipo de medio campo adelante, con una serie de cambios que no contribuyó precisamente al buen juego local: Gudjohnsen de mediapunta, por detrás de Henry; Iniesta, en la teórica posición de Ronaldinho, y Touré y Xavi completando el centro del terreno.

Pero ya se sabe que la práctica no siempre cumple la teoría, y del experimento salió un Barça sin inspiración, fatuo y previsible, que una y otra vez chocaba con el dispositivo blanquiazul. En toda la primera parte, sólo Iniesta probó (minuto 12) con un disparo que envió a córner Sorrentino, y ni siquiera las correrías de Messi fructificaron. Henry, voluntarioso, volvió a mostrarse perdido. Por si fuera poco, el Recre no se limitaba a aguantar, sino que con Martins y Sinama llegaba a poner en aprietos a la defensa azulgrana con rápidas salidas a las que sólo les faltó capacidad de resolución, porque Sinama tenía anoche la bota torcida.

Entra el chaval.
El panorama no cambió en exceso en la reanudación. Sin cambios en ninguno de los dos bandos, el juego siguió siendo vulgar y sin grandes ocasiones. Fue entonces, quedando apenas media hora, cuando Rijkaard debió pensar que ya era hora de que saliese el niño: Bojan. Lo hizo en lugar de un desacertado Gudjohnsen y su entrada no tan solo reordenó de manera más lógica el entramado culé, sino que le dio el hálito que hasta entonces le faltaba.

Fue entrar Bojan y revolucionarse terreno de juego y gradas. En la hierba, su sola presencia resultó inspiradora para el resto de sus compañeros. Apenas cuatro minutos después de suplir al islandés, marcaba el Barça en el hasta entonces único fallo defensivo del Recre. Milito cabeceó desde el punto de penalti y anotó su primer gol oficial vestido de blaugrana. Se hizo el 1-0 y con ello se esfumó el sueño del decano de sacar algo positivo de su visita. En el ambiente ya se palpaba eso: si el Barça marca se cierra el partido. Tan rápido se acabó que el propio Bojan se encargó de que Víctor y sus hombres abandonasen toda ilusión. Se asoció con Henry (mucho más que el francés y Ronaldinho cuando juegan juntos) y se sacó de la manga un golazo de ariete: recibió, engañó en el recorte a Bouzón y definió como un auténtico '9' veterano.

El 2-0 era ya una lápida inmensa sobre el Recre, que acusó el mazazo y perdió fuelle. Bastó que el impulsivo Touré repartiera estopa para que se montase una tángana de campeonato que no fue a más porque entre Rijkaard, que salió al campo, y Valdés serenaron los exaltados ánimos del resto de jugadores. El 3-0 era cuestión de tiempo y se dio a través de un dudoso penalti sobre Messi que el argentino cobró sin inmutarse y buscando a Ronaldinho en la tribuna para dedicárselo. Como no lo halló, el saludo quedó en el aire de un Camp Nou que, pese a la victoria, silbó a su equipo y que sólo vibró con Bojan, el nuevo ídolo que ayer condujo a las ovejas ¿negras?

Racha de goles en azulgrana
Con su victoria frente al Recre, el Barcelona sumó ayer su 50º partido de Liga consecutivo marcando al menos un gol como local. La racha empezó el 1 de marzo de 2005, cuando empató sin goles frente al Espanyol de Lotina en la jornada 26. Además, continúa con otra racha: no pierde en el Camp Nou desde el 5 de febrero de 2006, la séptima mejor.